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viernes, 23 de septiembre de 2011

¿¿ por que los colombianos no leemos??

Es sorprendente: en la capital mundial del libro el consumo per cápita en el País es de 0,8 libros, según Camilo Herrera Mora, en un especial para la revista P&M (Febrero 2007). Ese consumo inferior a uno representa un mercado cercano a los $260 millones en el año 2.006.

Sin embargo, aún no es claro el porqué la gente lee tan poco si la demanda de libros va en aumento, claro, gracias a la piratería. Esto conlleva a que el problema no es que la gente quiera o no leer, sino de los suntuosos precios en las librerías. De todas maneras, y apoyando esta terrible situación, según Herrera, el colombiano debe asignar sus gastos necesarios y dejar de un lado los denominados gastos suntuarios, entre los cuales deben considerarse los libros. En contraparte a esta proposición está la entrevista dada a la revista Cambio al presidente de la Cámara Colombiana del Libro, Moisés Melo; según él entre el 30 y 40% de la ciudad no cuenta con librerías cerca, eso significa que tenemos una falla importante no en la demanda, sino en la oferta.

¿Por qué son un gasto suntuario los libros? Sencillamente porque su consumo no es necesario para sobrevivir, además empiezan a tomar camino los e-books y los archivos online creando un cataclismo en las editoriales, sin embargo, en Colombia como en algunos países tercermundistas (prefiero llamarlos en vía de desarrollo), el acceso a Internet sigue siendo bajo.

Sí, los libros son caros, eso no podemos negarlo, y es por tal que “la tendencia de libros de autoayuda está afectando el mercado”, como lo afirma Herrera. La cuestión es que estos tipos de libros son en algunas ocasiones, más accesibles al bolsillo colombiano. Ahora, si por allá no llueve, por acá no escampa: otra consecuencia de los excesivos precios de libro ha causado que el 99% de los estudiantes usan las fotocopias como material de uso (frente a la compra del material propio), esto según Dinero, que continúa informando que la industria editorial pierde al año más de $97.000 millones.

El tiempo es otro factor que juega en contra del mundo de papel. Para los estudiantes, y quizás para algunos de los que ya salieron del ámbito educativo, el tiempo radica más en otros aspectos (las fiestas y salidas para los jóvenes; el trabajo, la familia y la situación económica - vuelve y juega – para los adultos; los trabajos y la falta de saber distribuir el tiempo en los universitarios), que llevan entonces, a conseguir la vía más rápida para salir del problema: resúmenes y análisis literarios.

Dinero, en su versión en línea, publica (qué paradoja utilizar este medio): “Según el estudio, mientras en el año 2.000, el 67,9% de los colombianos leía un libro habitualmente, para el 2.005 este indicador pasó al 65,9%. Pero en este mismo lapso, también aumentó la lectura de revistas, periódicos e Internet.”

Un ejemplo claro de esta crisis (más bien de esta paradoja), es que el bogotano – según Herrera – asigna 0,12% de su consumo mensual a la compra de libros, lo que significa cerca de $640 mensuales, es decir, más o menos $8 mil pesos anuales ($7.680 pesos anuales, para ser más exactos).

En un segundo plano, según Enrique Hoyos Olier, profesor de Literatura en la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, la cuestión no radica en que los colombianos lean 0,8 libros, ya que estos son meros datos de editoriales que muestran la baja compra de libros, esto concuerda con el doctor Edgar Arias, gramático de la misma Facultad, cuando afirma que es muy diferente el valor de libros a que la gente verdaderamente lea. La cuestión no radica en el poder adquisitivo del libro, sino en el querer leer, en mejorar la lectura, en llegar a las raíces ancestrales de la lectura, como indica Hoyos

Sin embargo, una solución ante la necesidad de generar hábitos de lectura y además hacer que este medio sea accesible puede resultar en la Feria del Libro, pero la única solución que plantea esta opción es simplemente vincular al público con el libro por medio de actividades culturales tanto para grandes, adolescentes y pequeños; con algunas excepciones, la Feria no es sinónimo de precios bajos, como la mayoría de personas creen, según varios vendedores, los precios son iguales con la salvedad en algunos textos determinados.

Ahora bien, la solución final no está en este escrito, está en lo que usted debería hacer, y a la vez en su autorreflexión. Nadie más que uno es el responsable de sus propios actos, usted verá si quiere leer o no; por lo menos ya leyó este artículo, y eso es un buen comienzo, y como dijo el doctor Arias, parafraseando a Alvin Toffler: El futuro es para los jóvenes que quieren aprender (o algo así).

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